Cuando uno tiene una edad -y, aún más importante, cuando uno posee una imagen tan afianzada- puedes sustituir la guerrera que te acompañó toda la vida por un chandal adidas y después, cubrir la pieza deportiva con un kimono negro. Porque hagas lo que hagas, siempre seguirás siendo tú. Es lo que le sucede a Fidel Castro. En una reunión con damnificados por el ataque nuclear de EEUU a Japón, el viejo comandante se ha enfundado la pieza tradicional del país del sol naciente y este ha sido el resultado: genio y figura hasta la sepultura.