Últimamente, llegan a las primeras filas de la política indumentarias de lo más sorprendentes. El último, Elio Di Rupo. El socialista se convertirá la semana que viene, después de un año y medio sin gobierno, en el primer ministro belga. El próximo jueves ya participará en la Cumbre Europea y en Bélgica ya se entretienen en apostar cómo irá vestido a la cita. A sus sesenta años, es archiconocido gracias a su sempiterna pajarita granate o roja, sus looks de jerséis sin corbata, su tupido cabello a lo Georgie Dann y sus gafas de montura metálica. Di Rupo es uno de los pocos políticos que ha reconocido abiertamente su homosexualidad, algo que en Bélgica al igual como en Francia no acarrea ningún problema ni complejo. En vestimenta, obviamente, también nos llevan años de ventaja.
¡¡¡Adoro las pajaritas!!! Y el tabaco de pipa… me encanta olerlo. Es el único tabaco que me gusta. Así que mi hombre ideal tendría que tener estos dos complementos… y no ser un personaje de ficción. ¡Besos!