Francia adora a Bruni, ¿y quién no?

Dos tercios de los franceses se muestran satisfechos con el papel de primera dama que ejerce Carla Bruni. Mientras el nivel de popularidad de Sarkozy se mantiene bastante bajo, el de su esposa y ex modelo sigue en alza. Por eso, Bruni está dispuesta a ayudar a su marido en las próximas elecciones de 2012.

Según un sondeo realizado por IFOP y difundido este lunes por el diario vespertino France Soir, el 66% de la población aprueba la labor de Carla Bruni como primera dama francesa. Bajo el titular «Carla quiere ayudar a Sarkozy a ganar en 2012″, el rotativo asegura que aunque el nivel de popularidad del jefe de Estado se mantiene bastante bajo, el de su esposa está en alza. “De repente, Carla ha decidido comprometerse y poner su fama al servicio de su marido. Esa es su apuesta», señala el periódico parisino.

Si  así llega a suceder, no le irá nada mal a Nicolas Sarkozy. Mientras que el actual inquilino del Eliseo sólo tiene un 30% de aceptación entre los ciudadanos, la ex modelo y cantante ha obtenido nada menos que un 66% en este último sondeo. Vestir de las mejores firmas francesas y pasearlas por el mundo con estilazo es la mejor publicidad para el país de la moda. Además, según los rumores, a finales de este año o principios de 2012, la pareja podría adoptar un bebé. ¿Quién podría arrebatarle el poder de la imagen entonces a Bruni-Sarkozy?

La encuesta de IFOP, realizada entre el 13 y el 14 de enero en todo el país, sobre una muestra representativa de 957 personas con más de 18 años, resulta especialmente significativa en cuanto al siguiente dato: el 56% de los ciudadanos (de los cuales, 3l 65% son electores conservadores) piensa que Carla ejerce una “influencia positiva” sobre el mandatorio galo.

A Carla la adoran especialmente los mayores de 65 años (73%), los jubilados (71%) y los simpatizantes del partido gubernamental UMP (85%); pero también cuenta con el beneplácito del 68% de los veinteañeros, del 67% de la clase obrera y hasta del 62% de los votantes socialistas. Mientras que sus más acérrimos enemigos salen de las filas de la formación de ultraderecha Front National, donde sólo el 53% le profesa simpatía.