Esta semana con los máximos mandatarios de vacaciones, el mundo ha descansado. Si fuera por mí, los condenaba a Marina d’Or eternamente. Pero hoy, con la sabia reflexión del presidente en su visita al Rocío no he podido evitar morirme de la risa (después, he continuado las siguientes páginas de la prensa y he resucitado): «A veces estamos pensando siempre en lo material, y al final los seres humanos somos sobre todo personas, con alma y con sentimientos, y esto es muy bonito y me reconforta mucho».