Como es tradición, ayer el rey se reunió en el palacio de Marivent con el presidente del gobierno. Y aunque la cita en Mallorca marca el «descanso» veraniego de la política española y permite un estilismo más desenfadado, Mariano Rajoy ha vuelto a elegir un rancio traje de raya diplomática (penosamente cortado, por supuesto) para la ocasión. Acostumbrada -pero no por ello, menos escandalizada- a sus desatinos indumentarios, me ha llamado la atención que para superar su miedo escénico esta vez eligiera un papel en vez de un bolígrafo para calmar sus nervios.
- Además de apreciar la diferencia de tejidos entre las prendas del rey y las de Rajoy, observen el atractivo caneo natural que toma la barba y el cabello de Felipe VI y la horrorosa estampa que produce un tinte mal elegido y mal empleado.
- El año pasado, Rajoy también apostó por las rayas diplomáticas mientras que el rey se decantó por un look más estival y más acorde con el contexto.
- Sólo los oradores principiantes precisan de muletas (bolígrafo, hojas, carpetas, bolso…) para calmar sus nervios. En el caso de un presidente de gobierno, es desalentador que aún los requiera.
- La muleta suele ser una trampa porque acaba diciendo más de lo que el orador quisiera expresar. En esta imagen parece que Rajoy esconde una as bajo la manga (la reforma de la constitución)…
- Descargar tu furia con un trozo de papel mientras abordas el conflicto catalán no es lo más conveniente si se quiere mantener una imagen de serenidad.