Bersani no tenía fuerza. Monti no tenía edad. Belusconi no tenía moral. En cambio, el nuevo primer ministro italiano parece que defenderá la moda patria con garbo. Porque aunque gana mucho más cuando se quita las gafas de intelectual de antaño (redondas) y se viste de sport (con esas bufandas de cachemira en vistosos y alegres colores) , Enrico Letta sabe bien cómo lucir el uniforme político. El tipo de cuello, el nudo de la corbata, el estampado de las camisas y el tejido y corte del saco le devuelven cierta confianza a Italia. Ya tocaba.