Un ejercicio que siempre les recomiendo a mis alumnos es que visualicen los debates sin voz. Incluso a algunos clientes, los reticentes a modificar su lenguaje corporal, les obligo a verse parlamentar en modo mute. Y es que hablamos más por gestos que por palabras; y es que somos más sinceros con nuestros gestos que con nuestras palabras. En fin, segundo «no» a Mas en modo mute.
1. Antes de empezar a verbalizar y complicarlo todo, los humanos ya nos comunicábamos. Al ser algo prácticamente innato en los primates (sí, aunque a veces no lo parezca, somos animales emocionales), y al contrario de lo que sucede en el arte de la oratoria, es muy difícil dominar (disimular, camuflar…) nuestra expresión corporal. Sobre todo, es fácil perder el control de nuestros gestos cuando estamos demasiado afectados (ya sea en positivo o en negativo). Por eso, aunque adivinaba el «no», el candidato a ser investido president no pudo disimular su decepción, hartazgo y resentimiento: brazos cruzados, cuello rígido, ceño fruncido, labios presionados (el superior metido para dentro y el inferior salido) y cejas arqueadas.
(Por cierto, las corbatas o son feas o hacen muaré… No sé qué es peor. Es su punto flaco).
2. Quizá pretendía ofender o ridiculizar al oponente («En su discurso, Sr. Mas, no ha hecho referencia al TC. Usted hace como los niños que se tapan y dicen «no me ven»»), pero el gesto es tan infantil que a quien perjudica es a quien lo hace (más si por tu edad y tu aspecto ya posees una imagen excesivamente aniñada). #nocalia
3. Te cubres la boca con la mano para evitar que los periodistas te lean los labios, el problema es que cualquiera puede leer las caras de duelo, desesperación y mosqueo de los demás participantes a la improvisada «asamblea». Esto, como los desencuentros entre parejas de enamorados, #mejorenprivado
4. Bajas la cabeza (sumisión) y te rascas la nariz (mentir u ocultar verdaderos sentimientos). Baños baja la mirada (consciente, se responsabiliza pero no cede).
5. El escaño se está tragando a Mas-Colell, aviso. Transmite derrotismo. Claro que si a mí me llega una carta de hacienda para ajustar 1.318 millones de euros, yo también me hundo.
6. Si, por lo que sea, nos encontramos indispuestos, no acudamos al trabajo a contagiar a los demás. Y sí, este otoño se llevan los ponchos pero al tratarse de una prenda de abrigo, al entrar al Parlament se descubre una; no te lo echas en plan mantica y te apoltronas en el escaño a echarte una siesta… #yosoylalevy #respect
7. En serio, es el parlament de Catalunya. #respect
8. Chuparse el pelo no es cuqui. Insisto, es el parlament de Catalunya #respect
9. Si por la mañana dices que tienes fiebre pero por la tarde te cazan en plaça Sant Jaume en mangas de camisa… #yatal #noemfacispatirbaños
10. Si vamos de #hombreantiguo, defendámoslo como aquel abuelo anarquista impoluto mandaba. Ese cuello de camisa no es para ese chaleco tan abierto (por eso se monta encima). Lo sé, no acabamos de combinar bien. Sin embargo, #loveBaños