Se me hizo raro el hecho de penetrar por la ventana como una vulgar delincuente, pero después de este real 2012 a una ya no le sorprende casi nada. En fin, después de superar las rancias cortinas que colgaban con desgana en el ventanal, me encontré al monarca apoyado -¿será que la reciente operación de cadera le impide estar sentado o que desea dárselas de moderno ?- en el escritorio de su despacho -ahí el mensaje está claro, hay que trabajar hasta en noche buena. Con el mismo atuendo que utilizó en 2012 -camisa y sastre azul proletario-, la corbata también era verde esperanza pero con una ligera diferencia casi inapreciable: los pequeños lunares esta vez eran blancos. Y aunque los efectos de la cortisona no aconsejaban que el monarca se ciñera el cuello, de sobras es conocida la defensa a ultranza de tal complemento por parte del rey de España -a todo aquel que no lleve corbata, le regala (regalamos) una. Por eso, aún no entiendo cómo al rey y a sus asesores se les pasó estirar el lazo antes de grabar porque sinceramente parecía que la corbata estuviera haciendo «la ola» -si era así, forma original de saludar a todos los españoles de modo subliminal. En fin,señores, que Don Juan Carlos está con el humilde trabajador (traje y camisa), con el joven (postura informal) y con la ley (la corbata bien ceñida). Por supuesto, siempre le queda la ventana para salir corriendo ;). ¡Feliz Navidad!