De sobras sabe que las gafas de sol son un accesorio poco recomendable para cualquier demócrata. Pero advertido sobre que desde que su ojo está morado, el número de reporteros gráficos en los actos que preside ha aumentado considerablemente; el rey prefiere ocultar su mirada con cristales oscuros. De esta guisa ha aparecido hoy en la entrega de las Medallas de Oro a las Bellas Artes (entre los premiados, mi amor, Alejandro Sanz). Y ni siquiera se ha retirado las lentes para leer su discurso. Mientras, la Casa Real insiste en que el hematoma del ojo del monarca se debió a un accidente doméstico: Don Juan Carlos se golpeó la cara con una puerta el lunes pasado en el Palacio de la Zarzuela, cuando se disponía a abrirla y un ayudante la empujó por el otro lado.
PD. Me parece surealista (no, a los vestidos de Sinde ya una se acostumbra…) que le entreguen una Medalla de Oro a Alejandro Sanz y, acto seguido, se la otorguen también a Modesto Lomba (aunque sea para ACME). ¿Quién adjudica esto? Vamos, la vara de medir debe estar torcida o el juez ciego como el rey…
Hablando de SU MAJESTAD, jeje, se sabe ya a cuanto asciende la comisión por la «gestión» del contrato AVE ( La Meca-Medina). !Pobre Urdangarín! Si él solo ha hecho lo que ha visto que se hace en la «casa» real. La gran tragedia de la «Familia Real» es el grado de sobreprotección al que han estado sometidos.