La obsesión que siempre muestra la revista Hola por rejuvenecer a cualquiera de los protagonistas que aparecen en sus páginas (aunque sean recién nacidos) y el interés de la Casa Real por presentarnos a un monarca, pese a sus achaques y errores, capaz aún de liderarnos ha dado como resultado esta portada. Y créanme que no sé si el magazine le ha hecho al rey un Isabel Preysler (vamos, que han exprimido al máximo los recursos del Photoshop para hacer desaparecer arrugas) o si han utilizado directamente una foto de Juan Carlos de hace veinte años. Esta segunda teoría no es tan descabellada… La ropa que luce el jefe del estado pertenece a otra época distinta (por cierto, el cuello cisne beige recuerda a una escayola y no creo que ese fuera el efecto más conveniente para esta sesión). Sin embargo, lo que no han conseguido es eliminar esa sensación de que la cadera del rey vaya a romperse en cualquier momento (es como una especie de Elvis bailongo colgado en el coche).
PD. Los niveles de pelotismo que puede alcanzar una parte de la sociedad de este país se refleja en el texto con el que la revista acompaña el retrato del rey: «Su presencia es imponente y llena de vitalidad, se le ve renovado y muy recuperado». Sí, sí… ¡por eso se sujeta sobre el respaldo de la silla!