La plana mayor del PP asistió ayer a la boda de la hija del presidente del Congreso en una parroquia cercana al parque del Retiro de Madrid. Y como es costumbre, más que un desfile de invitados a una ceremonia religiosa, aquello parecía un pasacalles carnavalesco. Y es que existe la creencia, y nuestros políticos son un claro ejemplo de ello, que la importancia de un evento reside en disfrazarse cuanto más mejor. En fin, lo entenderéis todo (o no) al admirar las siguientes imágenes…
Yo ya sé de uno que va a protestar y me va a asegurar que la vice iba muy sexy. Y quizá ese (bueno, junto a 300 cosas más) es el problema. Gabardina morada, con viso negro de puntilla asomando por debajo, minifaldera, collar XL y labios rojos… So much! Y pese a todo este exceso, no puedo quitar los ojos de la cartera de mano… ¿Qué relación tiene con el resto del look?
Vale, esto, por Dios, que no se interprete como una crítica porque no lo es, solo lo voy a comentar por si puedo ayudar a alguien. Hay algunas personas que tienen las encías muy pronunciadas (o quizá que tienen mucha flexibilidad en el labio superior) y que al sonreír, digamos que queda raro. Todos tenemos defectos, yo lo primera, y hay que aceptarlos porque son importantísimos para ser quienes somos. El secreto es intentar disimular los puntos menos fuertes de nuestra apariencia, y en este caso recomiendo que las personas practiquen delante de un espejo como sonreír de la mejor manera (y aquí incluyo a los que tienen una dentadura poco lucida).
En tonalidades parecidas, Celia Villalobos.
Salvaría el mantón, el vestido e incluso el tocado. Ahora, las bolas de Navidad, digo yo que Isabel Tocino debería esperarse a diciembre para colgarlas en el árbol. Y mira que la mujer es guapa, guapa.
Bueno, tía, tía… Qué fuerte… La Ana y la Fati juntas. Los zapatos de la ministra de trabajo son de abuela, abuela, ¿eh?
Los padres de la novia. Aunque ya lo comentamos el día de la proclamación de Felipe VI, insisto en que a este hombre no le queda bien el chaqué.
Y mi esperanza también me decepcionó. Aunque el color era bonito el diseño no la favorecía nada. El lazito en el zapato… pasadísimo (casi tanto como el marido). Cospe, ¡¡tú puedes lucir mucho mejor!!!
Y aquí cuelo una foto del enlace entre el conseller de Territori de la Generalitat, Santi Vila, y su chico, celebrado en los jardines del Castillo de Peralada. Digamos que la decoración es muy cuestionable (y eso que algunos muebles pertenecían a www.acomodo.org), pero para gustos, colores. Lo que es imperdonable es la botellita de agua de plástico bajo la mesa. Por Dios, un vaso de cristal para el alcalde de Girona que oficiaba la ceremonia. A esta boda acudió la ministra de Fomento, Ana Pastor. Que se ve que se llevan muy bien. Ya ves, un catalán amigo de alguien del gobierno. Todo amor, como la alfombra.
Pues yo tengo que confesar que me ha gustado el look de Soraya y el de Isabel Tocino, eliminando, claro está, las bolas de navidad, en esto tienes toda la razón.