Si alguno se había convencido de que el chándal socialista había quedado ya en desuso, aquí está Nicolás Maduro para dejar claro que la pieza deportiva es la herencia del chavismo y que él es el presidente de Venezuela. Y es que el nuevo táctel de Maduro, que se enfundó ayer para intentar ofrecer soluciones a la inflación, resulta chillón a más no poder.
