A horas para que Benedicto XVI deje de ser Papa, todo su guardarropía está ya preparado para el cambio de look. Una vez abandone el cargo, Joseph Ratzinger renunciará al anillo de Pescador, vestirá sotana blanca, sencilla, pero seguirá usando los mismos zapatos que tantas veces se han llegado a (o querido) confundir con unos Prada. El calzado rojo de cuero de Benedicto XVI -por el que fue elegido “el mejor portador de complementos del año 2007″, según la revista Esquire- se los confeccionaba a medida y artesanalmente su zapatero, Adriano Stefanneli. A éste le pedía que fueran de “un rojo muy vivo como símbolo de la sangre de Jesucristo y de todos los mártires cristianos”. Aunque el modelo del Pontífice no distaba mucho del que lucían sus antecesores, el hecho de que Ratzinger vistiera sotanas y albas más cortas permitió admirarlos con mayor facilidad. Pero a partir de una visita a México en 2012, también empezó a calzar modelos mexicanos con las mismas características. Sin embargo, sobre este último diseño, en numerosas ocasiones, se ha puesto en cuestión las condiciones laborales que hay tras la empresa mexicana que los fabrica. Los trabajadores de Armando Martín Dueñas ganan 206 pesos (unos 12 euros) por jornada.