El mundo sigue interesado en la reaparición de Cristina Fernández de Kirchner tras 45 días de reposo. Ayer, la presidenta de Argentina se dio un buen baño de masas (sin que la tocaran porque no le guste nada que le estropeen el arduo trabajo de peluquería y maquillaje) y muchos han advertido cierta relajación en el luto que mantenía desde que su marido, Néstor Kirchner, falleciera en octubre de 2010. Pero en realidad el negro, según ella misma ha explicado en distintas ocasiones, ha sobrepasado los dos años de penitencia porque a su marido no le gustaba nada el exceso de color con el que antaño teñía sus diseños. Dada su convalecencia, y la gravedad de la operación, creo que la falda plata hasta el tobillo de tul con vuelo y estampado floral evita, si es que pretende algo, que la veamos como una moribunda. Con esto quiero decir que una falda gris con bordados negros o una camisa blanca bajo un conjunto negro (como la que lució el lunes) no es una señal de ruptura o traspaso. Más cuando CFK acompañó el estilismo con una blusa negra cruzada, unos stilettos de punta redonda de raso negro, media oscura y su cartera Lady Dior también negra.
Patry, gazapo! De Venezuela, no!!!!!