Estaba perfecta. Nadie podía ponerle un pero al estilismo que lució la primera dama norteamericana durante la cena ofrecida al primer ministro indio. Así que, en esta ocasión la polémica se ha desatado por la descripción del vestido que ha hecho el diseñador de la prenda, Naeem Khan: “en color carne”. Automáticamente, la prensa se formuló la siguiente pregunta: “Qué carne? No la suya (la de Michelle Obama)”. Y así, en un plis-plas, se ha armado la de san quintín.
Por supuesto, el creador de la pieza rectificó de inmediato sustituyendo el color “carne” por el “champagne”, con tal de evitar ninguna ofensa racial.
Absortos siempre en nuestro punto de vista occidental y de raza caucásica, quizá no recaemos en la sensibilidad de los demás. ¿Pero no creen que estamos exagerando demasiado? Dentro de poco no podremos hablar. ¿Se admitirá el color chocolate?