Como republicana, no seré yo quien defienda a la reina. Sin embargo, la crítica que ha recibido Letizia por parte de una diputada en Paraguay a raíz del chaleco rojo de la Agencia de Cooperación Española que llevaba puesto en su visita al país me chirrió desde el primer momento en que la escuché. La diputada liberal Celeste Amarilla señalaba que no consideraba apropiada la elección de doña Letizia: «Merecíamos uno de los vestiditos que usted tiene en su closet y no el chaleco que usaba su guardia y su secretaria”.
La diputada @CelesteDiputada lamentó la falta de respeto de la Reina Letizia por la vestimenta que usó al llegar al Paraguay. pic.twitter.com/P6eOrp1rmY
— Luis Acosta (@lacostasoy) November 3, 2021
- «¿Vestiditos?» Ya estamos. Un vez más descalificando la indumentaria femenina; refiriéndonos en diminutivo a las piezas de ropa de la mujer e infantilizándola. En este caso, sin emplear la palabra «vestiditos» la crítica se hubiera recibido de un modo más serio (crítica constructiva).
- La empresa encargada de la confección del chaleco le ha recordado a la diputada que el chaleco fue fabricado en Paraguay por encargo de la Cooperación Española. «Pyme Nacional», han añadido. Es decir, como acostumbran a hacer las primeras damas en los viajes al extranjero, Letizia podía haber hecho algún guiño a la cultura indumentaria local a través de algún diseñador autóctono, pero lo ha hecho con un chaleco de cooperación made in Paraguay. La verdad es que hasta ahí ha estado acertada.
- Letizia ha querido dejar claro que se trataba de un viaje de cooperación. Los tres días ha vestido un look similar. Vaqueros, camisa blanca, botines y el chaleco. No es un look de gala, pero nunca se va mal vestida (falta de respeto hacia los demás o uno mismo) si se es coherente. De hecho, hasta cuando al final del viaje fue recibida por el presidente y la primera dama del país optó por ese look para no distanciarse de los integrantes de la agencia de cooperación española que la acompañaban. El look en este viaje ha sido coherente, otro tema sería el grado de hipocresía de las monarquías en estos asuntos. Y eso me lleva al siguiente punto.
- Si hubiera hecho la visita de cooperación con un «vestidito», como dice la diputada paraguaya, ¿qué hubiéramos dicho de ella?
- Me he acordado de que cuando Eva Perón visitaba los distritos más humildes con sus estilismos de alta costura, pieles y joyas les repetía a las gentes: «Algún día ustedes podrán vestir como yo». Está muy bien incentivar estilísticamente, pero para mí (políticamente) la ostentación siempre es signo de mal gusto.