El alcalde de Londres, en mi opinión, es el político que menos sentido del ridículo tiene. Y son tantos sus vaciles al protocolo político convencional que acaba provocando la risa e incluso la ternura. El conservador participó ayer en un partido de tenis benéfico contra Andy Murray… jajajajjajajaja…. Por cierto, no es que se haya despeinado con el esfuerzo del juego. Boris Johnson siempre va así.