Aunque supuestamente Letizia está de vacaciones, lo cierto es que el vestuario de su otro yo – el de Doña Letizia- no puede despistarse ni un segundo durante sus días de descanso. Y tras acallar a más de uno con la aparición de su nombre en la lista de las más elegantes en la edición americana de Vogue, los medios nacionales se ceban nuevamente con el estilismo de la Princesa en una de sus últimas apariciones públicas.
Como cabía esperar, la Princesa Doña Letizia ha vuelto a ocasionar un revuelo público con su indumentaria. Y es que tras aparecer la semana pasada en la lista de las más elegantes de la edición americana de Vogue, la Princesa no dudó en acudir a una entrega de premios náuticos –la primera aparición pública de Letizia en estas vacaciones en Palma de Mallorca- con un vestido saco negro de Armand Basi, unas considerables sandalias de plataforma y taconazo, unos pendientes largos y un broche amarillo muy informal. Pero si Letizia tenía ganas de lucir modelito, los medios de comunicación estaban deseosos de poder analizar su estilismo una vez más e incluso, de poder captar, como bien dijo ella, “la foto del verano”; es decir, la caída de Letizia desde las alturas de sus zapatos. Pero, por suerte, el equilibrio de Letizia aguantó los trompicones del suelo que pisaba y, al menos, en esta ocasión, logró salvar la escena.
Eso sí, la Princesa no se ha librado de las lenguas más viperinas: “El negro no es un color de tarde”;“Son unas plataformas descomunales para el pavimento en el que iba a estar”; “No sabe andar con tacones”; “No se deben combinar unos pendientes tan largos con un broche tan llamativo”… Y entre tanta crítica, surge la duda. Y es que se supone que La Casa Real posee un asesor de imagen –o varios- que en teoría aconsejan a la Princesa, como al resto de los componentes de la realeza española, sobre su forma de vestir. Según el apunte, los aciertos y desaciertos de Doña Letizia se deberían pues a sus colaboradores. Aunque esta teoría parece cojear ya que el atuendo que escoge la Princesa no responde siempre a unos cánones estilísticos claros. Además, como dictamina Montse Guals en Política y Moda, Políticos de los pies a la cabeza, “Letizia debe vestir como una reina.” Pues eso, Letizia deberá seguir intentando parecer una reina – ya lo consiguió en 2004 con el vestido rojo de Lorenzo Caprile- y dejar de ser simplemente Letizia.
Eso sí, la Princesa no se ha librado de las lenguas más viperinas: “El negro no es un color de tarde”;“Son unas plataformas descomunales para el pavimento en el que iba a estar”; “No sabe andar con tacones”; “No se deben combinar unos pendientes tan largos con un broche tan llamativo”… Y entre tanta crítica, surge la duda. Y es que se supone que La Casa Real posee un asesor de imagen –o varios- que en teoría aconsejan a la Princesa, como al resto de los componentes de la realeza española, sobre su forma de vestir. Según el apunte, los aciertos y desaciertos de Doña Letizia se deberían pues a sus colaboradores. Aunque esta teoría parece cojear ya que el atuendo que escoge la Princesa no responde siempre a unos cánones estilísticos claros. Además, como dictamina Montse Guals en Política y Moda, Políticos de los pies a la cabeza, “Letizia debe vestir como una reina.” Pues eso, Letizia deberá seguir intentando parecer una reina – ya lo consiguió en 2004 con el vestido rojo de Lorenzo Caprile- y dejar de ser simplemente Letizia.
PD. Se hace tremendamente complicado defender el estilismo de Letizia simplemente por el detalle del indescriptible broche floripondio chillón-amarillo. Muchos aseguran que puede ser una manualidad de su hija, la Infanta Leonor, y esperemos, por el buen gusto de la Princesa, que así sea. Eso sí, el cariño no viste.
[…] como una copia de Rania de Jordania, de momento ya ha conseguido que sus vertiginosos tacones, los peep toes (bautizados como Letizias) y las bailarinas se le asignen como […]