Si las elecciones que hoy se viven en las comunidades autonómicas de Galicia y País Vasco buscaran al candidato con la mejor imagen -en vez de lograr el puesto de presidente y lehendakari- ya tendríamos ganadores: Alberto Nuñez Feijóo y Patxi López.
Y no es que brillen por su esplendor pero entre tanta despreocupación estilística, la cual caracteriza a los políticos españoles, el gallego Alberto Núñez Feijóo y el vasco Patxi López derrotan a sus contrincantes más inmediatos. Mientras que al popular sólo se le puede recriminar el peinado –o demasiado engominado o demasiado informal (en ambos casos le resta credibilidad)- y un cutis poco cuidado, el socialista no acaba de acertar ni con el traje ni tampoco, y especialmente, con la moldura de sus gafas (tan sencilla que nos distrae de su mensaje).
Tales torpezas no son nada cuando enfrente se posicionan, en el caso gallego, el socialista y hasta hoy presidente Emilio Pérez Touriño o el nacionalista Anxo Quintana. Por ejemplo, Touriño transmite una imagen totalmente desaliñada, dejada e incluso cansina causada por su desacierto en la elección de sus atuendos y el escaso cuidado por su imagen física en general.
Por su parte, en el País Vasco encontramos al actual lehendakari, Juan José Ibarretxe, al que mucho más allá de sus cejas –su enfatizada forma en pico es aún más destacable en él que en el presidente Zapatero. Seguramente, la postura de no depilarlas se debe a que los rasgos de Ibarretxe con una cejas menos pronunciadas podrían afeminar demasiado su rostro-, se puede criticar su mala combinación de los colores (está obsesionado en complementar un traje negro con un cinturón marrón oscuro). Sobre Antonio Basagoiti, el popular cumple al dedillo todos los prejuicios estilísticos que se le otorgan a su partido (camisa de cuadros, mucho azul marino, pantalones claros…) y además, su rostro joven puede caer en el equívoco de resultar demasiado inmaduro para el cargo.
La candidata de UPD –grupo que se presenta por primera vez a las elecciones vascas-, Rosa Díez, es una de las pocas políticas españolas que sacaría matrícula de honor dentro de los caprichos estilísticos. Pero, en esta ocasión, lejos de la batalla real, Feijóo y López se proclaman vencedores, por eliminación, en la carrera de la política y la moda.
Por su parte, en el País Vasco encontramos al actual lehendakari, Juan José Ibarretxe, al que mucho más allá de sus cejas –su enfatizada forma en pico es aún más destacable en él que en el presidente Zapatero. Seguramente, la postura de no depilarlas se debe a que los rasgos de Ibarretxe con una cejas menos pronunciadas podrían afeminar demasiado su rostro-, se puede criticar su mala combinación de los colores (está obsesionado en complementar un traje negro con un cinturón marrón oscuro). Sobre Antonio Basagoiti, el popular cumple al dedillo todos los prejuicios estilísticos que se le otorgan a su partido (camisa de cuadros, mucho azul marino, pantalones claros…) y además, su rostro joven puede caer en el equívoco de resultar demasiado inmaduro para el cargo.
La candidata de UPD –grupo que se presenta por primera vez a las elecciones vascas-, Rosa Díez, es una de las pocas políticas españolas que sacaría algún punto dentro de los caprichos estilísticos. Pero, en esta ocasión, lejos de la batalla real, Feijóo y López se proclaman vencedores, por eliminación, en la carrera de la política y la moda.