Inteligente postura la de la presidenta brasileña al dar su «beneplácito» a las multitudinarias protestas acontecidas en estos últimos días en su país. «Brasil amaneció hoy más fuerte. La grandeza de las manifestaciones de ayer comprueban la energía de nuestra democracia, la fuerza de la voz de la calle y el civismo de nuestra población», dijo la mandataria en un breve discurso pronunciado en Brasilia. Pero pese al orgullo que asegura sentir por la voz alta y clara con la que se ha pronunciado su nación, Rousseff vistió un blazer morado: la penitencia va por dentro.