Se disponía a explicar los avances en materia de igualdad de género, cuando a la presidenta argentina se le antojó empezar a jugar con una muñeca. Kirchner presumía de «mini Cristina», la muñeca de tela que, como su dueña, también guarda el luto por su difunto esposo. Según confesó la misma jefa del estado argentino, algún compañero de gobierno exclamó al ver la réplica: «le falta la escoba». Pero la mandataria, aparentemente, se tomó a bien eso de que la tildaran de bruja. La muñeca se puede comprar por internet o en el museo de la Casa Rosada por unos 10 euros.
PD. No entiendo demasiado del tema, pero a mi estos muñequitos me parecen perfectos para practicar vudú (¡¡¡Arghhhh!!!).
Esta el país (Argentina) como para estas tonterías. ¡Es increíble!