Mi hermano Jordi acabó escondiendo la película de Mary Poppins para que no siguiera torturando a la familia con la revisión permanente de la cinta mientras sufría las obsesiones cinematográficas propias de la niñez. Memorizada cada secuencia de la película en mi cabeza, hoy no me ha costado reconocer el blazer de rayas blancas y rojas de la secretaria general del PP. La chaqueta es calcada a la que luce Bert, el deshollinador, cuando se introducen en el cuadro, bailan con pingüinos, galopan en caballos de tiovivo y formulan el mágico «supercalifrajilisticoespialidoso» (una palabra que se utiliza cuando uno se queda sin palabras).