El calor de París (30º) no evita el goteo permanente de famosos en su semana de la moda. Hoy ha aparecido la nueva princesa de Mónaco quien ha compartido front row con la editora de moda estadounidense Anna Wintour y una amiga. Charlene ha confesado que necesita tiempo para adaptarse a su nuevo rol (y digo yo que también a su marido) y que en cuestiones de trapitos, «debido al protocolo y a que Mónaco es un país católico», no puede mostrar mucha carne en sus estilismos.