Confirmado, la ex ministra de Defensa peleará por hacerse con el liderazgo del PSOE. Aunque ella asegura «estar lista», su imagen transmite todo lo contrario. Así como en mayo, cuando anunció su renuncia a participar en las primarias de su partido, su vestuario era perfecto, desde que representó al PSC en las generales, se ha abandonado. Hoy, en Valencia, ha optado por unos jeans claros, un cinturón ancho de cuero marrón y una camisa en blanco roto de dudable calidad. Su pelo, hace unos meses, una adorable melenita domada y cuidada, ha tomado vida propia y una medida indefinida que poco le favorece. Además, su maquillaje natural se ha transformado en una base ojerosa que más que cubrir evidencia las imperfecciones y resalta (o le aumenta) los signos del paso del tiempo. Y por lo que no paso es por sus colgantes. ¿Alguien me puede explicar qué lleva esta mujer colgado en el cuello? ¿Es un amuleto contra el mal de ojo?
¡Madre mía! ¡Qué cambio! Me recuerda a esas mujeres (muchas por desgracia) que en cuanto se casan se abandonan. Luego se sorprenden cuando es su marido el que las abandona a ellas, pero claro, es que no se parecen en nada a la mujer con la que se casaron. Compárese la foto de la boda con una foto reciente. Conste que también les pasa a ellos pero nosotras tragamos lo que nos echen porque así está montada la sociedad. En fin, volviendo a la ex ministra, está ideal en las fotos de «antes» sobre todo en la primera. ¡Monísima! En fin, vamos a pensar que fue un mal día porque efectivamente lo fue. Si el colgante fuera de Sargadelos y contra el mal de ojo sería mucho más mono, Patry. ¡Besitos!