CDC ya es «nueva política»

La forma sólo es un fiel reflejo del fondo. Tras un apaño de chapa y pintura superficial (CDC-PDC, corbata-sin corbata), las heridas no tardan en salir de nuevo. Porque no es que las apariencias engañen, es que no sabemos (o no queremos) interpretarlas. Y en esta obsesión que viven hoy los partidos españoles y catalanes por querer rejuvenecer, el propósito no parece ser actualizar, mejorar, reformular o desenpolvarse… No, sólo se trata de idiotizarse (los gobernantes son un fiel reflejo de la sociedad). La ideología, los principios y los valores brillan por su ausencia y la estética (indumentaria, escénica, protocolo…) lo constata. Este fin de semana hemos experimentado (sufrido) la de CDC en PDC. Entre la vieja y la nueva política, algunos simplemente se conformarían con otra política (diferente).

#sherpas La nueva política consiste en echarse una mochila al hombro. Si eres de izquierdas, la llevarás con las dos asas colgadas como si te dispusieras a escalar el Himalaya #nosoissherpas o como si todavía asistieras a segundo de primaria con el bocadillo de salami envuelto en papel de plata. La excusa del progre para utilizar este sistema de portacargas y no otro es que «así no te dañas la espalda» (sí, claro, porque dentro de la bolsa, además de un ipad, transportáis ladrillos, no te fastidia).  Si eres liberal, de centro o socialdemócrata (leñe, de derechas), sólo utilizas una correa en plan #soyelchicomásmolón de todo el insti. ¿La excusa para el conservador? «Es que con la vespa es súper cómodo, ¿sabes?» Sé que después de la visita de Obama a Madrid vais a echarme en cara su primer viaje como «mochilero» a la capital española. De excursión, se permite y es recomendable. Ahora bien, observaréis que como presidente haya optado por otras opciones más de adulto (¡creced!).

Nota (només per fotre): La tendencia, en la política española, la introdujo Jorge Moragas (PP). La debió copiar de la serie El ala oeste de la Casa Blanca. Allá vosotros ahora con vuestra conciencia…

Pecholobo Después de deshacerte de la corbata (total, en este país nadie sabe atarse el nudo), llegas a la conclusión de que desabrocharte un segundo botón de la camisa va a hacer que la sensación de calor y bochorno desaparezca. Uy, sí, percibo desde aquí tan notable diferencia: tremendo refrigerio para el cuerpo. ¡Quién va a utilizar un elegante y práctico abanico masculino teniendo la posibilidad de soltarse un botón! Y que si se va a imponer como patrón estético, pues ya lo hacemos bien y le sumamos al estilismo una cadenaca de oro, unas greñas y gobernáis desde un tablao flamenco. ¡Ole!

Brutejar  Es un valor imprescindible en la nueva política. Ya sea con traje y corbata o con bañador y camiseta, el objetivo es que tu apariencia se antoje zarrapastrosa. Y a la dejadez estética (¿y moral?) hay que dedicarle mucho tiempo, mucho más que si deseara aparecer como un pincel. Elija ropa que no sea de su talla, que no cumpla su función (por ejemplo, una camisa de cuello para corbata pero usted la lleva sin corbata), que no tenga cabida en el contexto (vaya con pantalón corto y cangrejeras a un congreso de refundación y elija un vestido largo de gala y sandalias de tacón para pasear por la orilla de la playa) vieja, rota o, mejor aún, manchada. Si aspira a ser el líder de una formación, cuando vaya al baño, salpíquese con agua la entrepierna y presuma de ello sentándose con las piernas considerablemente abiertas (porque espero que la manchita esa sea agua…). Eso le dará votos, no lo dude.

Clima para un motín Consigan que, con la estética, el diseño del espacio y los materiales, a los asistentes (incluidos los periodistas) les entren ganas de organizar un motín o quitarse la vida. Elijan una localización como el Fórum y no contraten a un diseñador gráfico por nada del mundo. Impriman en DIN A-3, abusen del verde y reciclen las cartulinas de otros congresos para constatar que «tampoco se trata de romper del todo con el pasado porque había cosas que ya estaban bien (como las cartulinas verdes)».

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«Tú» No muestren consideración o respeto alguno por ninguna persona. Traten a su mayores de «tú», es muy transversal y democrático. Nada de anunciar a un president como «molt honorable», no vaya a ser que después les salga rana. De hecho, nada de tratar a ningún asistente de «señor» o «señora» en un Congreso de refundación. La educación no se lleva, adáptense a la nueva política con una amplia sonrisa (cínica y falsa que sino tampoco sirve). Y aunque entre sus simpatizantes tengan al president y al ex president de la Generalitat de Catalunya, no se les ocurra incluir en el seating la palabra «usted» o «señor». Es más, oblíguenlos a colgarse una horrorosa acreditación XXL en el cuello en plan venado.   

Marquistas Aunque aún seas el líder del partido y estés en territorio amigo, permite, tolera y dedícale tiempo a un hombre con una marca enorme (sin ser la suya propia o la del partido) tatuada en su pecho y moreno zaplana que te apunta (acusa) con el dedo y pretende imponerte un nombre. Es muy de nueva política dialogar con necios y horteras.

A morro Utilicen botellas y vasos de plástico. Huyan del vidrio como de la peste. Y mucho mejor: beban a morro hasta que se les queden los morritos pa fuera (muy útil para salir favorecidos en las selfies de la nueva política).

Donde dije digo Digan una cosa y mañana la contraria. ¡Funciona! Aseguren que van a ser super transparentes mientras no paran de cuchichear ante las cámaras. Y, por favor, no reconozcan lo que en realidad están pensando. No sean sinceros. Total, ¿quién va a saber interpretar su mensaje no verbal?

150 150 Patrycia Centeno