Entiendo que para gustos colores, pero que los medios de comunicación españoles señalen la brillantez del estilismo de la princesa de Mónaco en el baile de la Cruz Roja me parece ridículo. Con un vestido de color berenjena palabra de honor (se ve que le encanta este tipo de escote pese a la espalda de nadadora que tiene), su tristeza eclipsó incluso el collar de 850 diamantes y 359 zafiros, regalo del príncipe Alberto. Estefanía, con un vestido nude de corte imperio, pero sobretodo Carolina, con un alegre estampado en su atuendo, se la comieron con patatas. Por cierto, se echó de menos a Carlota.
Carolina está espectacular, ¡cara y vestido alegres! Y encima bellezón, por supuesto. Sólo la puede superar su hija, pero claro, porque ella fue su maestra. ¡Besos!