Aquí una prueba más de seguridad en la vida. El presidente de EEUU llevaba una mancha de carmín en el cuello de su camisa y lejos de pretender esconderla o disimularla trató el asunto con toda la naturalidad del mundo e incluso le sacó rentabilidad a la anécdota: «Quiero dar las gracias a todos los que están aquí por la increíble calidez de la recepción, y un signo de ese calidez es la marca de pintalabios que llevo en el cuello», comentó entre risas el mandatario. Obama señaló la marca para que todos la viesen bien para proseguir con su explicación. «Creo saber quién es la culpable: «donde está Jessica Sánchez», agregó el presidente, refiriéndose a una joven cantante estadounidense que ha participado en el programa American Idol. «No, no fue Jessica, sino su tía» , reveló a continuación Obama con gran ironía. «Donde está? Tía, mire aquí, quiero que todo el mundo sea testigo, porque no quiero tener problemas con Michelle».