Los viajes oficiales obligan casi siempre a realizar un guiño a la cultura que te acoge. Este ha sido el caso de la duquesa de Cornualles. Animada por los habitantes, Camila se colocó un sombrero zulú sin muchas expectativas. Pero al ver que el tocado le favorecía, quiso comprarlo. Obviamente, al ser miembro real, el capricho le salió gratis.