Ante los rumores que acusaban al primer ministro de perder el tiempo jugando a los videojuegos, los asesores de David Cameron han considerado que reunirse con unas cuantas lectoras de la revista Glamour iba a resultarle útil para ayudar a mejorar su popularidad. De la charla, hemos descubierto que el líder de los tories jamás ha llevado reloj (yo tampoco) y que no utiliza el anillo de casado (yo conozco a uno que no soporta la idea de meter el dedo en una sortija, y así nos va… ). A diferencia del «bling-bling» de Sarkozy, a Cameron no le agrada el brillo de las joyas. Sorprendente en un conservador.