Barbie Merkel

La canciller alemana es -siguiendo la estela de la primera ministra británica, Margaret Tatcher- una mujer política masculina. Y aunque alguna vez por deseo o por obligación ha querido ser más socialmente femenina, sus intentos han sido fallidos. Ahora, Mattel ha logrado lo imposible. 

Hay mujeres más femeninas que otras. Y si hablamos de Angela Merkel, la canciller alemana, concluiremos rápidamente que es de las otras. Pero esta falta de aproximación hacia las conductas asociadas culturalmente con la mujer no le ha impedido alcanzar sus metas. Es más, su fuerte y ruda constitución y un estilo y un carácter marcadamente masculino le han ayudado a no desentonar en las reuniones varoniles del G-7.

Pese a comportarse como un ejemplar más de mujer política masculina –siguiendo la estela de la ex primera ministra británica, Margaret Tatcher (aunque ésta cuidaba al milímetro cada uno de sus estilismos por muy varoniles que fueran)- , Merkel, en algunas ocasiones, ha deseado o se ha visto obligada a demostrar su lado más femenino.
Pese a comportarse como un ejemplar más de mujer política masculina –siguiendo la estela de la ex primera ministra británica, Margaret Tatcher (aunque ésta cuidaba al milímetro cada uno de sus estilismos por muy varoniles que fueran)- , Merkel, en algunas ocasiones, ha deseado o se ha visto obligada a demostrar su lado más femenino.

 Por ello, cuando todo el mundo había aceptado que la canciller alemana era políticamente uno –que no, una- más del grupo (incluso a su colega Sarkozy  le dejaron claro que Merkel no era una más de sus conquistas a la que debía intentar no sobar), llega Mattel y consigue lo imposible.

Con motivo de la celebración del 50 aniversario de la muñeca más vendida de todos los tiempos, Barbie, y con un telón de fondo como ha sido la feria del juguete celebrada en Nuremeberg, la marca de juguetería Mattel realizó un guiño a la manda más alemana con la reproducción de la Barbie Merkel.

 Y así, de un plumazo, la muñeca Merkel –que no estará a la venta- defiende la feminidad de su original musa. Por el camino, Barbie ha perdido su larga cabellera rubia y ha apostado por el corte Merkel y un color más ceniza. Por supuesto, Barbie sigue teniendo sus proporciones irreales pero ha cambiado su guardarropía por un traje chaqueta negro y una camisa cerrada fucsia emulando a los utilizados por Merkel pero con líneas no tan rígidas.

No puedo dejar de imaginarme a toda la esfera política reproducida en Barbies y Kens. Seguro que Ken Sarkozy no perdería el tiempo con Barbie Merkel…

150 150 Patrycia Centeno