Cuando en el PP les da por algo, les da. Después de la moda de los floripondios, las féminas del gobierno intentan ahora instaurar al búho como colgante imprescindible. Se lo vimos a Soraya Sáenz de Santamaría y ahora, en un diseño muy parecido, lo luce Fátima Báñez (iba a presentarla como ministra de trabajo, pero me desquito por razones obvias). Aunque el búho se antoje a menudo como amuleto para atraer la fortuna, aplicado a las personas y teniendo en cuenta a la RAE -persona huraña-, no sería muy recomendable.
De verdad que me voy a acabar ofreciendo gratis para asesorar a las féminas del PP. Los búhos se llevaron hace milenios e incluso en aquel momento eran de dudoso gusto. Vamos, los vendían hasta en «los chinos». ¡Uf!