Hoy @Pablo_Iglesias_ ha anunciado en rueda de prensa un #GobiernoParaCambiar https://t.co/abAiHKVQtv
— PODEMOS (@ahorapodemos) enero 22, 2016
Escenografía
Poder compartido El objetivo de que aparezcan cada vez más personas alrededor y detrás del «líder» es obvio: dar la sensación de que el poder es compartido (la responsabilidad no recae en una única persona lo que teóricamente se antoja más democrático). Y aunque en esta comparecencia estaba justificada la presencia de los figurantes (posibles ministros de un futuro tripartito PSOE-Podemos-IU), hay que tener en cuenta que también es una estrategia que se emplea cuando no se confía suficientemente en las dotes comunicativas del portavoz (no sería el caso de Iglesias) o en el mensaje que se va a transmitir (se precisa de apoyo -o distracciones- para que cuele).
Comparsa Ahora, aunque esté justificada, es muy arriesgado el papel de las comparsas. Los extras se convierten en atrezzo (un poco #ikeapatrocina) y, conforme avanzan los minutos, la incomodidad es más evidente: manos falta (protegerse los genitales con las manos = pánico a ser observado); resoplar, colocar pulseras, puños, mangas (aburrimiento); mirar hacia los lados (quiero salir de aquí)…
Prota Mientras, el líder lo tiene mucho más fácil: está escudado por un atril (le sirve de protección), tiene su discurso escrito en unas hojas y sujeta un bolígrafo (herramientas que aportan seguridad al hablar y presentarse en público).
Asentir lo que diga el líder supremo Se agradece la entrega a la causa pero, como espectador televisivo, ver cabezas asintiendo cada frase que locuta el líder con los ojos perdidos en el vacío (en realidad miran las luces de las cámaras, pero desde casa la sensación es otra), queda un poco secta.
Paridad Iglesias aparece acompañado por tres hombres (bueno, vale, Errejón y 2 hombres) y 3 mujeres. Como proponen y defienden un gobierno de paridad, la imagen es absolutamente coherente. Sin embargo, llama la atención los lugares que ocupan ellos y ellas: Errejón y Domènech custodian y protegen al líder. En segunda fila, resguardadas por la pared (no hay peligro de ataque por la espalda), Montero y Rosell encuadran a Iglesias (las féminas lo asisten). El general Rodríguez, en un extremo, frente a la bandera española (defensa) y, al otro lado, Bescansa se ocupa de la europea.
Lenguaje corporal
Papeles enrollados Pese a que generalmente lo motivan los nervios, doblamos o lastimamos los documentos (ideas, propuestas, acuerdos…) cuando ya no sirven (caducas) o tenemos la certeza de que ya no se van a utilizar más. Aunque el gesto de enrollarlos no sea tan agresivo como el de romperlos, la sensación visual equivale a la expresión verbal «papel mojado». En este momento de líneas rojas, no es lo más recomendable para Xavier Domènech.
El boli Insisto: el bolígrafo es un recurso de orador principiante o de tertuliano. Si Iglesias quiere ser vicepresidente que se vaya quitando ya el vicio de tanto programa en La Sexta.
(Sin) Voluntad Nada más comenzar (0:09), cuando Iglesias asegura que le ha transmitido la voluntad al rey de formar un «gobierno del cambio», Errejón y Domènech se llevan la mano a la boca de forma sincrónica. Es un gesto innato que ordena nuestro cerebro cuando escuchamos o emitimos una falsedad. De pequeños, es muy evidente porque nos ponemos las dos manos en la boca (impedir que salga) pero conforme nos hacemos mayores, vamos sofisticando (disimulando) el gesto: desviamos la mano hacia la nariz o nos frotamos los ojos… Domènech desvía hacia las gafas y la nariz.
Amenaza En el minuto 2.28, cuando Iglesias se refiere a la plurinacionalidad -«la defensa de la unidad de nuestro país, desde la asunción de la plurinacionalidad y la búsqueda de vías democráticas y nuevos encajes constitucionales para construir un futuro de convivencia»-, Domènech se rasca el pómulo con el índice. Es un gesto de amenaza y suele darse cuando se cree o se advierte una traición.
Desacuerdo Iglesias acaba proponiéndole un gobierno paritario a los socialistas (7.32). Es curioso que cuando pronuncie esta frase (más concretamente, en el momente que dice «PSOE»), Rodríguez agache la cabeza, mire hacia el suelo y se acaricie la cabeza (desacuerdo).
Estética
Camisa nueva La desenvuelves. Le quitas los plastiquillos y alfileres de cuello y puños. Apartas el cartón del cuerpo y te la pones tal cual. Sin planchar, sin colgarla en una percha para que oxigene. Ni siquiera te tomas la molestia de sacudirla ni de estirarla con las manos. Ya le pasó a Iglesias hace unos meses, ahora es Domènech #loser
Mangas de camisa Pese a lo que digan los yihadistas del protocolo, claro que se puede ir a ver al rey en mangas de camisa (más cuando eres el representante de una formación republicana: desacato indumentario = insumisión). Sin embargo, los grandes líderes de la izquierda sabían perfectamente que jamás debían permitirse un ápice de desidia o dejadez en su guardarropía para no quedar en desventaja cuando se enfrentaban (fotografía) al poderoso. No es problema del look informal, es que la calidad (fuerza, firmeza, solidez…) de las piezas del estilismo de Iglesias sigue brillando por su ausencia.