Aquí, ¿quién manda? Echado hacia delante con los brazos expandidos y las palmas de las manos apoyadas sobre la mesa. Cuanto más espacio se ocupa, más pseudoseguridad (no es real, sólo momentánea) toma la persona. Es una postura autoritaria, muy típica en cargos acostumbrados a ejercer el poder a la vieja usanza: consideran que ser temidos impone y que el resto de individuos (y a veces, el resto del mundo) son simples asalariados que sólo deben acatar sus órdenes.
Parapetado La mesa impedía estudiar el mensaje no verbal de sus pies. Aún así, sorprendía la posición corporal de control que había tomado De Alfonso en un ambiente que no le era afín (un plató de televisión, no su despacho). El cuerpo se mantuvo durante toda la entrevista prácticamente inmóvil y centrado sin redirigirse hacia el presentador (no me interesa la persona que me habla); sólo la cabeza, ladeada ligeramente, le concedía cierto respeto al interlocutor pero con miradas de reojo (ausencia de contacto visual, empatía). Pese a aceptar la entrevista, su lenguaje corporal desvelaba que se mostraba receloso (ofendido) con la casa.
«Escándalo», mini espasmo Al no poder estudiar todo el cuerpo completo y mantener una posición casi inmóvil, hay que hilar muy fino y analizar los microgestos de su rostro. Ya en la primera pregunta -«A vostè el ministre li va demanar que fabriqués escàndols (…)?»-, se percibe un pequeño espasmo (0.05 del vídeo) cuando escucha la palabra «escándalos»: al jefe de antifraude se le contrae el lado izquierdo de la cara (labio y ojo). El cerebro no entiende las mentiras, así que siempre protesta y muestra su incomodidad (aunque sea de forma muy sutil) para que no lo hagamos.
Desequilibrio «Vostè no estava cometent un error (…)?», le pregunta el presentador. En ese momento, su cuerpo pierde la posición de firmeza, se echa para atrás y se muerde el labio: el lenguaje no verbal contradice su respuesta: «¡No!».
Cabeza gacha, ojos cerrados De Alfonso dice estar muy enfado con lo ocurrido… Sin embargo, sus gestos no apoyan tampoco este sentimiento. Cada vez que niega lo ocurrido, baja la cabeza y cierra los ojos. Si necesitas que te crean, buscas el contacto visual y mantienes la cabeza alta (estás convencido de tu verdad). Más que mostrarse «empipat, cabrejat i sorprès» por las escuchas y sospechas, su cuerpo transmite arrepentimiento e incapacidad para sostener sus explicaciones.
Espere «Vostè suggereix que siguin periodistes de Planeta els que publiquin el cas…», le pregunta el presentador. De Alfonso lo interrumpe: «espere» (también se lo pide con la mano). Sin embargo, pese a que parecía que iba a poder justificarse en este campo, vuelve a agachar la cabeza y cerrar los ojos…
Honesto Afirma que toda su actividad es honesta y dibuja el gesto del ok con su mano derecha para recalcarlo. Ahora bien, el ok lo hace hacia abajo (anula el ok).
«Jo?» Cuando Cruanyes le pregunta si no ha sido él mismo el que ha grabado y filtrado la conversación, responde que no. Sin embargo, y aunque lo más probable es que no la haya filtrado (¿qué motivos podría tener?), su rostro no delata estupefacción, asombro o enfado ante «tan estúpida» acusación… Si fuera una majadería de hipótesis, al escucharla por primera vez (a no ser que fueran preguntas pactadas), su cuerpo la hubiera rechazado.