En los campamentos de refugiados han empezado a afeitar a los niños y niñas para que no pillen piojos. Neus Català, superviviente de un campo de concentración nazi, explicó que lo más terrible de que te raparan la cabeza es que lograban despersonalizarte. Quizá no debería comparar los dos casos, pero visualmente no puedo evitarlo. #openBorders #openMinds #openHearts