A la medida de Sarko

La visita de Nicolas Sarkozy a la India ha sido complicada. No sólo porque el presidente francés solicitó estar a solas en el Taj Mahal con Carla Bruni, también al exigir que el personal de seguridad no superase el 1,63 metros de estatura. Lo que necesita Sarkozy es ayuda médica para superar su complejo.

La visita de Nicolas Sarkozy -de viaje oficial en India- a Nueva Delhi ha causado más de un dolor de cabeza a la Policía y las agencias de seguridad. Y no sólo por exigencias obvias de la gira presidencial. El personal que vele por la seguridad de ‘Monsieur le Président’ debe ser más bajo que él.

Con capa azul y lunar rojo en la frente, Bruni visita un colegio

Según revela el diario indio Daily News & Analysis, el protocolo del Ministerio de Asuntos Exteriores indios exigió a los organismos de seguridad que buscasen personal que no superase el 1,63 de estatura. El presidente francés mide 1,65.

La tarea ha resultado ardua no sólo por la premura, sino porque los mejores agentes de seguridad de la capital india son altos y corpulentos, según el citado diario, del que se ha hecho eco la prensa gala.

Fue la propia embajada francesa la que comunicó a la oficina de protocolo que su presidente es muy sensible en cuestiones de altura y podía disgustarle estar rodeado de personas de gran talla cuando se reuniera con mandatarios indios.

No es la primera vez que trasciende que Sarkozy exige seguridad a su medida. El año pasado, durante una visita a una fábrica, ninguno de los trabajadores que salieron en la foto con el presidente llegaba al 1,70. «Todo estaba controlado hasta el detalle, incluida la altura de la gente elegida para estar de pie detrás de él en la plataforma», reveló un sindicalista a la televisión belga. Además, su esposa, la modelos Carla Bruni, utiliza zapato plano para no ofender a su marido. Sarkozy, por su parte, se sirve de alzas en el calzado para lograr algún centímetro extra. Del mismo modo, debido a su obsesión por la altura, el presidente francés ha protagonizado estampas de lo más ridículas en sus últimos años. Desde posar de puntillas para una fotografía u ofrecer un mitin subido en un taburete.

150 150 Patrycia Centeno