Al vicepresidente de la comunidad de Madrid siempre lo observé con cierto recelo. Pero hoy, después de la dimisión de Esperanza Aguirre, he comprobado que lo peor muchas veces queda en un segundo plano. Porque quizá en Madrid están más acostumbrados a ver a Ignacio González de espaldas, pero yo no. ¿Qué demonios significa ese ramillete canoso separatista en la nuca? No es por nada, pero esa tendencia no anda muy bien vista desde que Cruella de Vil e Iñaki Urdangarín insistieron en imponerla. ¡¡¡Arghhhh!!!