El ministro de defensa ha casado a su hija este fin de semana en la capital hispalense. Sevilla, es para mí, la ciudad más bonita del mundo pero odio esa tendencia al señorío de algunos de sus más ilustres ciudadanos (más cuando van de boda). En fin, que ni siquiera en un momento supuestamente feliz como este, Perdo Morenés no ha podio quitarse su cara a lo conde Drácula. Los estilismos de sus colegas de partido tampoco tienen desperdicio… Anton Coppola – Dracula- The Beginning
Bonito el detalle del padrino de levantar con el pasador la corbata. Pero que frialdad, por favor...
El vestido de la novia muy bello. El padre, con chaqué, un tieso.
Aguirre no se alejó mucho de sus estilismos diarios. Los zapatones en amarillo canario y los dos broches (a falta de uno), lo más destacado.
Si la presidenta de la Comunidad de Madrid apostó por el azul corporativo, Ana Pastor optó por el raso rojo (vamos, discretita). Las perlas, el lazo, el abrigo... ¡No sé por dónde cogerla!
Arias Cañete no iba mal (aunque esa barba tan poblada no es propia de los de su estirpe)... Hasta que llegué a los pies!!!! Mocasines con traje!!!! ¡¡¡Arghhhh!!!!
Isabel Tocino entró en una tienda vintage y salió así: con todo colocado.
¡La novia guapísima! Me gusta el ramito de flores silvestres o que lo parecen al menos. Lástima que el papá no sonría más.
Los zapatos de Aguirre y de la mujer de Arias Cañete a mi me parece lo peor. Odio esos plataformones, no son estéticos, pero es que además, el estilo de esos dos pares de zapatos, ¡¡no es para una boda!!
Por cierto, ayer coincidí en el aeropuerto con Feijóo (muchas veces coincido aunque yo no me entero hasta que ya se va). Tengo que fijarme en sus looks pero parecía correcto.
¡Besos, Patry!