A Evo Morales no se le arruga la camisa

Dos expropiaciones en quince días… Si Cristina Kirchner se puso torera para hacerlo con Repsol YPF, el presidente de Bolivia recurrió a «sus mejores galas» con Red Eléctrica Española: traje oscuro de dos piezas con aplicaciones de color café de inspiración Tiwanakota y camisa cuello mao también con detalles indígenas bordados en puño y pecho. Un estilismo que seguramente pertenece a su diseñadora de cabecera, Beatriz Canada Patiño (compatriota afincada en Nueva York y pionera en el uso de camélidos para sus creaciones) y que cuesta un riñón y medio (no, él no acude al outlet de nuestros queridos mandatarios). Pero aún así,  la indumentaria de Morales sirve para que los españolitos lo infravaloremos (como si la diplomacia nacional pudiera dar lecciones estéticas a nadie).  Ya lo hicimos en su primera visita a nuestro país (2006) cuando se reunió con el rey y Zapatero vistiendo una chompa (jersey de rayas de fibra de alpaca mundialmente conocido desde ese día). Su atuendo se nos antojó una falta de respeto hacia nuestras costumbres (comprensible) pero que para él y para su pueblo significó no ceder ni avergonzarse de su propia y rica cultura. Como bien nos disculpó José Saramago ante la polémica surgida por la indumentaria de Evo Morales, todo se debe a  «la soberbia estúpida de los pueblos civilizados». Evo Morales (al igual que Hugo Chávez o Rafael Correa) será un populista y se le podrán criticar mil historias, pero a él no se le arruga la camisa.

Nadie puede negar que el atuendo es coherente con su ideología, su contexto y su personalidad. Hasta la expropiación, según el gobierno español, no es una amenaza.

 

De la ya conocida como la "chompa de Evo" se han vendido miles de copias a través de Internet.

 

A veces, se enfunda una chupa. También con pieles de su país. Eso sí, su ropa, por la calidad de los tejidos, no está al alcance de cualquiera.

 

Sin miedo a nada, si hay que bailar con las cholitas se viste para la ocasión.

 

Y así uno consigue que Barbie también se vista de cholita.

Incluso en 2007, el traje ceremonial que utilizó el día antes de jurar la Presidencia de la República se convirtió en patrimonio cultural. El gorro con los cuatro puntas que señalan los cuatro puntos cardinales, la túnica multicolor y el bastón de mano tallado con cabezas de corderos e incrustraciones de oro, plata y otros minerales de diferentes zonas de Bolivia.

 

 

150 150 Patrycia Centeno