Por mucho milagro que se consiga con el famoso champú de caballo, la presidenta de Castilla La Mancha ha sorprendido en su visita a Moncloa con una cola de caballo postiza. La extensión de Mª Dolores de Cospedal ni la necesita (tiene un pelo bonito), ni le favorece (parece una choni o la muñeca Rosaura) ni le hace bien a su cargo (ya hemos comentado muchas veces que las falsedades, aunque sean estéticas, no se toleran en política). Siento llevarle la contraria a Mario Vaquerizo pero aquí las pelucas no funcionan Nancys Rubias – Peluquitas
En su reunión de hoy con Mariano Rajoy, la secretaria general del PP ha apostado por el bicolor (las coderas negras de la americana blanca, un horror). El tono de las medias...
Hace unos días aún fue más evidente que su cola de caballo había aumentado exageradamente.
Tampoco entre los socialistas está muy bien visto eso de rellenar el cuero cabelludo. Polémico fue el injerto de José Bono.
Pero el que se realizó el ex ministro italiano Silvio Berlusconi fue uno de los más comentados.
La única peluca que se consiente en política es la que Santiago Carrillo utilizó para cruzar la frontera.
Y, por supuesto, muy respetada cuando se trata de un tema de salud como en el caso de Dilma Rossueff. A causa de un cáncer, la mandataria brasileña tuvo que hacer uso de distintas pelucas.