Las princesas y primeras damas siguen cumpliendo con su cometido: hacerse ver. Mientras Carlota Casiraghi posa como modelo para Gucci, Letizia se muestra encantada entre sus excolegas televisivos y Carla Bruni, con sus ropas holgadas y desaliñadas, visita un centro de niños con mayores sensibilidades (odio la palabra que se acostumbra a utilizar en estos casos).
Hacía tiempo que no veía al príncipe tan favorecido. La naturalidad y la risa lo humanizan, por fin.
Vestido blanco minifaldero con abrigo negro. Se volverá a criticar que enseñe tanta pierna, aunque creo que la altura del tacón influye mucho en esa visión. Mientras no lo haga en una reunión con la Iglesia, no hay problema. Estamos en el siglo XXI y hay que defender el capital erótico femenino. Ellos lo perdieron hace mucho (que rabien).
Esta chica es una preciosidad. De la belleza de su abuela y de su madre no podía salir otra cosa.
Carla Bruni sigue apostando por un look algo descuidado. Pero aunque la seda se vista de mona, seda se queda.
Ojo al calzado. Impensable en la primera dama hace unos meses. Eso sí, pese a la apariencia, no duden de la calidad de cada una de las piezas que elige.
Sigue el misterio. El estilismo desarreglado de Carla Bruni, ¿comodidad postparto y madre lactante a los cuarenta y tantos o estrategia electoral?
¡¡¡Me vuelve loca la nueva campaña de Gucci con Carlota!!! No podían haber elegido a nadie mejor. ¡Impresionante!