Un dictador hortera menos. El líder de Corea del Norte falleció el sábado de un infarto de corazón (sí, se ve que tenía uno). Siempre en los primeros puestos de la lista de los mandatarios peor vestidos por sus espantosas plataformas, su pelo pincho y sus maxigafas oscuras, sus total looks en caqui podían antojarse como «sencillos». Nada más lejos de la realidad, el tirano, que prohibió a sus ciudadanos cualquier contacto con el resto del mundo, enviaba a sus ministros a comprar a Savile Raw los tejidos más lujosos para confeccionar sus cansinos estilismos. Ahora, su hijo, Kim Jon Un, que prefiere el uniforme militar oscuro, se hará con el poder.