No he querido escuchar las palabras de Obama. Para ello, he volado hasta un refugio en Asturias donde la crisis (en las últimas dos horas) me parece lejana. Y aunque Angela Merkel también se mostrara «optimista» en su reunión con el primer ministro finlandés, Jyrki Katainen; sus ropas se han contagiado del escepticismo finlandés respecto a Grecia. Ese lila de mortaja (a no ser que lo lleve Bruni) no anuncia nada bueno.
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Merkel and Katainen’s dead dress
I did not want to hear the words of Obama. To do this, I have flown to a shelter in Asturias where the crisis (in the last two hours) seems remote. And although Angela Merkel also was «optimistic» in her meeting with Finnish Prime Minister, Jyrki Katainen, their clothes have caught the Finnish skepticism about Greece. That purple (unless it takes Bruni) does not announce anything good.