No fue tanto su atuendo: una camisa de estilo primera comunión blanca de manga corta farol, un pantalón azul marino a juego con su calzado y un cinturón de malla indescriptible. Más bien, su gesto: mientras el príncipe charlaba animadamente con el Papa en Cuatro Vientos, Letizia mostraba una cara de enfado más propia de sus hijas pequeñas que de una tan crecidita como ella. Como colofón, al acompañar al Papa al escenario donde iba a dar comienzo la vigilia, la princesa de Asturias dobla su pierna hasta la altura de su muslo y se coloca el pantalón que se le debía haber enganchado con el tacón. En serio, no entiendo nada…
Le garantizo que muchos españoles tampoco «entendemos nada»…