Pese a que el joven Albert Rivera se atreviera a posar desnudo para una campaña electoral del partido que lidera, Ciutadans, los políticos siguen siendo reacios a enseñar más de lo imprescindible. Incluso las barbaridades verbales procedentes de Silvio Berlusconi han pasado a un segundo plano cuando un artista italiano se ha animado a pintar al primer ministro en paños menores aunque éste haya sido caracterizado como un angelito.
Las inoportunas y desafortunadas declaraciones con las que Silvio Berlusconi, primer ministro de Italia, deleita periódicamente al mundo han perdido repercusión mediática en cuanto ha aparecido desnudo en un cuadro del artista Filippo Panseca. En la obra, Berlusconi aparece junto a la ministra de Igualdad de Oportunidades, Mara Carfgna, con alas de ángel; sólo una escueta tela tapa el sexo de los protagonistas.
Pero fuera del cuadro y en la esfera política, el primer ministro viste y apuesta por trajes rígidos de doble botonadura que recrudecen aún más su ideario de centro derechas. Siempre con corbatas de lunares –asegura que le dan suerte-, Berlusconi nunca ha negado su preocupación por la belleza, es más ha defendido siempre la importancia de la imagen pública. De hecho, el italiano se ha sometido a distintos injertos capilares para camuflar su calvicie –que le llevaron en 2004 a fotografiarse junto a Tony Blair con un pañuelo anudado en la cabeza al estilo pirata- y a operaciones de estética en cara, ojos y cuello.
Y aunque algunos aseguran que Berlusconi usa alzas en sus zapatos para subir unos centímetros, el político no desperdicia la oportunidad de recordar que mide 1’70, mucho más que sus colegas Putin o Sarkozy. Pero son hechos como el de utilizar maquillaje o el de intentar que las cámaras capten siempre su perfil derecho –según él, “su lado bueno”- los que lo han coronado como uno de los políticos más coquetos.