A falta de líder, Sarkozy. Carla Bruni eclipsa a todos y a todas menos a la gripe porcina. Letizia se vistió de princesa, Sonsoles de primera dama a imagen y semejanza de la francesa, Bruni desfiló durante 48 horas y Sofía fue una vez más la reina de todas.
En día y medio, la visita de Estado de Nicolas Sarkozy a España ha dado para todo. Aunque a algunos supuestos intelectuales les resulte incómodo el circo mediático que acompaña a la esposa del presidente francés lo cierto es que eso también es política. “Quiero darle las gracias a una persona que hoy ha tenido mucho éxito…”, anunció Sarkozy en su discurso ante compatriotas residentes en Madrid mientras buscaba la mirada cómplice de su esposa. Una mirada que no encontró porque Carla Bruni, inquieta ella, siempre recorre con sus ojos los techos y los suelos del lugar que frecuenta. Pero el silencio del público y de su marido la hicieron despertar de su despiste y sus ojos y sonrisa correspondieron con sorpresa y gracia al alago de Sarkozy entre las carcajadas de los que allí se encontraban.
Carla Bruni no es la tradicional primera dama. Entre otras muchas cosas, es bella. Y ya saben, la belleza en política despista. Pese a ello, esto no siempre es malo. Bruni y Sarkozy lo saben y se aprovechan. Por ello, la primera dama francesa utiliza todas sus armas –sonrisa, posado, carantoñas…- de modelo para encandilar al público y atraer la mirada mediática. Mientras, Sarkozy puede dedicarse a hacer el pino puente. ¡Qué más da! Hasta las mujeres se derriten cuando la elegante y dulce Bruni sonríe con sus ojos azules.
Y no me malinterpreten, Carla Bruni es el intelecto en esta relación. El desarrollo de su función como primera dama dicen que está totalmente dirigido por ella misma, así intenta que su marido crezca en liderazgo en las encuestas.
El amor entre las cámaras y la primera dama francesa vende. Y no sólo vende diarios y revistas, vende a Francia. Y en realidad, es ese el objetivo de todo presidente y cónyuge, ¿no? Vender una imagen positiva de su país. En dos días, las niñas españolas ya no quieren ser princesas sino primeras damas de Francia. Vestir de Dior, Hermès, Chanel y calzarse unos Tod’s.
Las niñas ya no quieren ser princesas
Para su primera visita a España como primera dama francesa, la cantante se decantó por un cambio de look. El corte de pelo que lucía Bruni la envejecía unos años. Pero ese envejecimiento, en política, siempre resulta positivo, pues la vejez aporta experiencia. Otro rasgo a comentar, es el guiño indumentario con el que Bruni aterrizó en España: top y falda tubo negra con camisa torera blanca. Y por último, y no menos importante, es como Carla dejó aparcadas sus bailarinas en el Elíseo. El tacón medio fue el utilizado por la primera dama francesa. Y aunque su marido empequeñeció, Bruni estuvo a la altura de la Princesa de Asturias, tan dada a los 12 centímetros.
El duelo
Se dice y se comenta que Letizia estaba triste y algo cabreada en la cena de gala con la que homenajearon a los visitantes. Y es que cuando la princesa vio a la reina –de rojo y, sin duda, la mejor vestida- y la Bruni –un vestido negro con ligera cola y escote en la espalda-, supo que no había acertado con su estilismo. Y aunque la historia me resulta demasiado fantasiosa, Letizia por gusto o por obligación, se enfundó su vestido de princesa –indumentaria incompatible, parece, con el atractivo- en gris perla que no le favorecía demasiado.
Por lo demás, el que se creía el gran duelo entre una princesa ex periodista y una primera dama ex modelo sólo dio para la foto de portada: los traseros de ambas. Con vestidos que resaltaban las curvas de las dos –sí, incluso las de la extrema delgadez de Letizia-, los fotógrafos se pusieron las botas. Y aunque la prensa internacional asegura que la princesa española le puso las cosas difíciles a Bruni, en España no ha gustado que Letizia repitiera vestido –algo con la que una servidora está totalmente de acuerdo- ya que podía haber apostado por lucir más ejemplos de la majestuosa moda española que poseemos…
Sonsoles Espinosa: lo mejor de Zapatero
Viendo las imágenes de Carla Bruni con Sonsoles Espinosa en la Moncloa, vuelvo a sostener que Espinosa es lo mejor que tiene Zapatero. Tan apartada de la vida pública de su marido –“a mi no me han votado”-, Sonsoles se afanaba a que Bruni dejara de posar y entrara por fin dentro de la Moncloa. Carla se resistía. Vestida con pantalón estrecho y americana negra, camisa blanca, y zapato con tacón medio, la primera dama francesa hizo las delicias de la prensa. Sonsoles, también con pantalón negro estrecho, americana gris, botas negras y collares largos, estuvo a la altura de las circunstancias indumentarias. A pesar de su falta de experiencia, la mujer del presidente español estuvo más suelta y más cómoda que su marido. Cuando el matrimonio Sarkozy se reencontró tras dos horas separados, se fundieron en un abrazo. Ante ello, Espinosa acudió rápida a besar en la mejilla a Zapatero. Éste, sorprendido, sólo supo acomillar: “¿Habéis comido bien?”
[…] ella misma y no dejarse impresionar por nada ni por nadie (léase Carla Bruni). Espinosa estuvo a la altura de las circunstancias. También, su corte de pelo a lo […]