(…) Pero ahora, gracias a nosotras, reivindicar un atuendo masculino en política está más que superado. De hecho, un carmín rojo, una sonrisa, un estilo (carácter definido) o ejercer la empatía es lo que se presenta a día de hoy transformador. Rosa Díez y sus fachas ya son pasado. SEGUIR LEYENDO