Al tratar de extraerme de la triste realidad política andaluza, viajé a América para seguir a Alexandria Ocasio-Cortez. La mujer más joven del Congreso de los EEUU (29 años) prometía su cargo hace sólo unos días ataviada con un traje blanco en homenaje a las primeras sufragistas norteamericanas. Su sempiterno carmín rouge, el precioso tono de su tez, la larga melena negra y una amplia sonrisa de orgullo e ilusión provocaban que una no pudiera apartar los ojos (o la cámara) de su brillo personal. SEGUIR LEYENDO