«Les avisamos que estas imágenes pueden herir su sensibilidad». Esa tarde no había ido al colegio y mi madre no llegó a tiempo a la sala de estar para apagar el televisor. Yo sólo tenía 8 años y el informativo describía como una niña de 12 años, Irene Villa, había perdido las dos piernas por una bomba lapa. Ese es mi primer recuerdo de ETA. El de Hipercor (1987) me pilló muy pequeña y el de Vic (unos meses antes que el de Villa), entiendo que mis padres tomaron medidas para protegerme visualmente del terror. Aunque lo estudié, el origen de la banda terrorista durante la dictadura franquista es, para mí (nací en 1983) y muchos otros, historia. SEGUIR LEYENDO