Barcelona, un puto centro comercial

(…) se intentaba explicar cómo narices la librería Catalònia se había convertido en un McDonalds, Vinçon en un Massimo Dutti y el mítico colmado Quilez en no sé qué local de horrorosa moda masculina (soy de las que esquivan Rambla y plaza Catalunya para no echarme a llorar). En 2017, la sangría de cadáveres continúa (la especulación inmobiliaria se ha tragado, entre muchos otros, la tienda de ropa D’avui, que presidía una cantonada del Pla de la Boquería desde 1905) porque nada se ha hecho para impedirlo, nada se quiere hacer o, admitámoslo, nada se puede ya hacer. SEGUIR LEYENDO

centro comercial

150 150 Patrycia Centeno