Iglesias limpia a Errejón

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Humillación pública Los medios de comunicación, inocentes o tímidos, han tildado el gesto de Pablo a Iglesias a Iñígo Errejón en el desayuno de prensa de «paternalista». Creo que no han valorado del todo la brutalidad de la imagen. Cualquiera que se ponga en el lugar de Errejón comprenderá cuán humillante es que alguien -aunque sea tu querida madre- se disponga a limpiarte nada en público. Menos, lógicamente, cuando has superado los tres años de edad (aunque tu edad física e indumentaria diga lo contrario) y te encuentras en un desayuno (reunión) de trabajo con compañeros, enemigos (puede, y parece, que sean los mismos) y decenas de cámaras fotográficas y de televisión apuntándote. La incomodidad del momento sólo es comparable al que deben sentir los santos varones que soportan que sus novias los sometan a una limpieza de cutis o espalda improvisada (ese deseo irrefrenable de algunas féminas de proceder a una extracción de espinillas con su hombre es la «sofisticación» de un gesto primitivo lleno de amor: desparasitar a los de su manada) en mitad de una playa o piscina repleta de gente.

Gesto de amor Sí, cuando eras pequeño (o no tan pequeño) y tu madre te limpiaba la nariz o la mejilla porque te habías embadurnado media cara con el puré aquello se antojaba un acto de amor y ternura. Aún así, si os fijáis, los niños apartan la cara (molestos) cuando sus padres o seres queridos se acercan e invaden su espacio vital armados con un pañuelo o una servilleta. A sabiendas de la reacción natural del crío, los progenitores cogen con una mano a su cachorro por la nuca (lo bloquean/lo someten porque «esto es lo que te conviene») para poder asearlos. Y exactamente esa ha sido la estrategia de Iglesias y la reacción de Errejón. Sin embargo, a Dios gracias, que al secretario general de Podemos no se le ha ocurrido servirse de su salivilla como desincrustante espontáneo a la manchas más rebeldes… #madremía

baby

¿Cómo proceder? He visualizado varias veces el vídeo y no percibo mancha alguna en el rostro de Errejón. Aún no habían probado bocado por lo que no podía haberse manchado de comida. Si se debiera a la marca traicionera del café o el zumo de naranja, la mancha aparecería alrededor de la boca y no en la mejilla o la nariz. Si había mancha (cosa de la que no estoy segura) quizá fuera de pintalabios tras saludar a alguna asistente (porque no quiero pensar que sea lo que algunos aseguráis que es…). Cuando te encuentras en una situación así, debes avisar a tu compañero: se lo comunicas verbalmente «tienes una cosa aquí» y no verbalmente (le indicas en tu rostro -para que en el otro funcione como un espejo- dónde). Nunca, ni que seas su madre o su esposa (si eres su mujer o amante y el gesto es en privado, funciona como gesto de seducción), lo harás por ella porque estás sugiriendo a los demás que aquella persona no es suficientemente madura o está discapacitada para valerse por si sola… #yahívamos

Broma Casualmente, hace poco más de un mes, en una pequeña intervención de Errejón en el programa Late Motiv, Andreu Buenafuente le gastó esa misma «broma» (2.35): quiso secarle la babilla con un pañuelo. Pero hoy, no era el lugar ni el momento para que su colega y secretario general eternizara la parodia del eterno adolescente. Más que nada porque alguien podría entrever cierta maldad y estrategia por parte de Iglesias para desacreditar a su número dos. Después de apartar a Errejón de la mesa de negociación con el PSOE y cesar a su mano derecha, Sergio Pascual; la broma de paternalismo (o humillación) puede que no tenga tanta gracia (para prueba, la mandíbula tensa -agresividad frustrada- de Errejón). 

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150 150 Patrycia Centeno